¡HAY QUE EMPODERAR A LAS MUJERES!....¿ Y QUÉ PASA CON LOS HOMBRES?
Hace unos días fui a una ceremonia de conexión con la tierra. Era solo de mujeres, todas vestidas de blanco portando unas flores como ofrenda en mitad de la naturaleza. Sin duda alguna, la estampa era maravillosa.
A mi, particularmente no me gusta participar en actos donde sólo se congregue a una de las energías. Pero dejé atrás mis creencias y participé en esta. Sentía que aprendería algo nuevo y compartiría algo.
Y así fue, lo que sentí en la ceremonia para mi sorpresa fue mucha presencia de la energía masculina. Y no había ninguna, bueno si un pequeño de unos 5 años de edad aproximadamente y un par de hombres por los alrededores ajenos a la ceremonia…..
El movimiento de empoderar a la mujer viene ya de unos años atrás.
Como compensación a la época de la represión de la mujer, ha nacido esta reacción cuya finalidad es hacerla conciente, recuperar su conexión con ella misma, con su naturaleza, con su dignidad como mujer, con todo su poder. Un movimiento que nace con la intención de sanar esa mujer esclava y darle su posición en la sociedad, pero que lamentablemente, en muchas ocasiones se va al extremo.
Es nuestra naturaleza humana, ir de extremo en extremo. Me pregunto cuándo aprenderemos a prever nuestro comportamiento y a posicionarnos en un punto de equilibrio sin tener que pasar por los extremos una y otra vez, de autodestrucción en autodestrucción…
A mi sinceramente me sorprende que no haya nacido el mismo movimiento hacia el hombre. El hombre también ha sido sometido a mucha represión y presión. Sobre todo en el ámbito emocional. El hombre al igual que la mujer también ha sido víctima, de ahí su comportamiento de verdugo. ¿Y es que acaso no hace falta empoderar al hombre también?
Antes de todo vamos a ver qué significa el término empoderar. Empoderar
se refiere al proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual de los individuos y las comunidades, en temáticas tales como política, diario, vivir, para así impulsar cambios beneficiosos para el grupo en las situaciones en que viven. Generalmente implica, en el beneficiario, el desarrollo de una confianza en sus propias capacidades y acciones.
Después de leer esta definición, considero que para conseguir este empoderamiento tanto el hombre como la mujer deben equilibrar sus energías.
El hombre posee una parte masculina y femenina.
La mujer posee un parte femenina y también masculina.
Sin embargo en ambos casos, las dos energías están desequilibradas y estos movimientos nacidos de ese desequilibrio dónde nos lleva, pues a otro desequilibrio más.
El hombre es muy importante en la vida humana, en la vida de las mujeres. La energía masculina es lo que da firmeza, seguridad, decisión, determinación y acción. Es muy necesaria, al igual que la femenina en la vida de los hombres esa energía que nos da esa protección, esa comprensión, ese sentimiento de comunidad, de colaboración, esa fortaleza. Por lo tanto,es importante equilibrar y empoderar ambas energías. Y esto no va a darse si aun seguimos creyendo que la mujer ha sido la única víctima de la historia. ¿Es que acaso el hombre no lo ha sido?.
Cada día me escandalizo más, vienen a consultas casos de hombres que están siendo sometidos por una mujer “empoderada”.Esto no es empoderamiento, esto un desequilibrio. El mismo que llevó a las mujeres a su estado de esclavitud y represión.
Los hombres también han sido víctimas, víctimas de un rol que no iba con su naturaleza.
En cursos, talleres, escuela de padres…. es cierto que existe una clara tendencia de la presencia femenina. Sin embargo, cada vez más son los hombres que deciden participar en este tipo de actividades, haciendo que el taller o reunión sea más rico con su presencia.
En los talleres los hombres se empoderan; los hombres lloran, se expresan, se muestran, se crecen, rompen sus escudos, que tanto dolor les ha creado. Aprenden a sacar su lado femenino para poder conectarse con la feminidad y crear relaciones equilibradas con las mujeres y con su propio sexo.
Es maravilloso ver como estos hombres respetan a las mujeres, como estos hombres tienen una conciencia totalmente diferente al que la sociedad le ha marcado con respecto a cómo relacionarse con las mujeres y el papel que éstas juegan en sus vidas.
Un hombre conciente, equilibrado, valora a la mujer y le da el lugar que ella merece y al igual pasa con la mujer hacia el hombre. Es una relación de respeto y admiración mutua. Es la esencia de nuestra naturaleza.
Muchas veces tengo la duda de si la poca asistencia de los hombres a este tipo de actividades viene por propia decisión del hombre o porque de alguna manera se sienten excluidos con eso del “empoderamiento” femenino.
¿Qué papel está jugando la mujer aquí? ¿Qué está moviendo la mujer? ¿Qué papel está jugando el hombre?¿Qué está moviendo el hombre?
Los hombre y mujeres somos diferentes, tenemos necesidades diferentes, nuestra biología es diferente…..Pero el complemento de ambos en equilibrio es una fuerza muy poderosa, armoniosa y que hace que una decisión sea contemplada desde dos visiones diferentes pero complementarias, aportando una riqueza y un valor que por separado no puede alcanzarse.
Los hombres también tienen que empoderarse, tienen que conectarse con esa parte de ellos mismos que contribuye al crecimiento y creación de las cosas.
La sociedad es un reflejo de nuestro desequilibrio, y el problema es que hemos normalizado ese desequilibrio y lo reforzamos como si fuera parte de nuestra propia naturaleza, cuando en realidad es una deformación de ella.
Queremos niñ@s sanos y equilibrados, pero cómo vamos a tenerlos si ambas energías siguen confrontadas y no se unen para ese propósito.
Ojalá que cada vez más sean los hombres que se empoderen y que las mujeres también lo hagan, desde un equilibrio, no como una reacción. Sino como acción de amor propio hacia ellas mismas y hacia sus compañeros.
Ojala que cada vez los hombres participen más en el crecimiento y acompañamiento de la mujer.